Oratio et contemplatio
Lc 11,9-10; Mt 7,9-10:
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Pedid el Espíritu Santo, y Dios os lo dará porque el Padre del cielo siempre da el Espíritu Santo a los que se lo piden.
Buscad en la lectura de la Palabra de Dios y encontraréis en la meditación.
Tocad con la oración y Dios os abrirá en la contemplación.
Con el Espíritu Santo siempre hemos de pedir la luz de la FE (el Padre siempre nos dará el pez que le pedimos y nunca nos dará una serpiente), el ancla de la esperanza (el Padre siempre nos dará el huevo que le pedimos y nunca nos dará un escorpión), el fuego de la caridad (el Padre siempre nos dará un pan tierno y nunca nos dará una piedra)
Lc 11,28; Lc 8,21:
Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios, y la cumplen.
Felices los que escuchan (en el silencio exterior y en el silencio del corazón; abriendo su alma a la Palabra de gracia y vida que viene de Dios y de Jesús; con atención y veneración); guardan (como la tierra buena, en la oscuridad y en el silencio guarda una semilla de trigo, que se va transformando sacando raíces fuertes de les cuales saldrá a la luz un tallo nuevo); y ponen en práctica la palabra de Dios (dando los buenos frutos de las obras de misericordia).