Adoració continuada al SantíssimSagrament a l’Arxidiócesi de Barcelona
¡Ven, Señor Jesús!
El Espíritu y la Esposa dicen: «Ven».
Y el que escucha diga: «Ven» (Ap 22, 17)
Ven, Señor, para que nuestros ojos te reconozcan como a nuestro Dios y Redentor. Ven, Señor, porque los peligros nos rodean, los enemigos de tu salvación quieren engañarnos con falsas doctrinas. Ven, Señor, y haznos defensores de la santidad de la familia fundada sobre la indisolubilidad del compromiso del hombre y de la mujer. Haznos defensores de la vida humana que en el seno de cada madre pide nuestro sagrado respeto, ya que es don de Dios. Sí, ven a nuestros corazones y a nuestro mundo. Entra, Señor, en los sistemas políticos y económicos que arrasan las almas hasta pervertirlas. Que tu presencia los transforme en instrumentos al servicio de la vida de cada hombre, de cada anciano, de cada enfermo incurable y de cada niño desvalido y aún no nacido.
Ven, Señor, y desvanece las sombras que nos envuelven, oscureciendo la verdad de la propia naturaleza humana masculina y femenina, llamada a realizarse en la maternidad y en la paternidad.
Ven a iluminar la realidad de la grandeza existencial de cada persona humana, sobre todo de la más débil, anciana y a menudo considerada inútil por el utilitarismo salvaje de una sociedad envilecida.
Ven y haz resonar tu voz en el corazón de nuestros jóvenes, para que aquellos que Tú llames lleguen a ser pastores humildes y valientes del Evangelio.
Ven, Señor Jesús, inflama nuestro pecho en amor agradecido a tu Iglesia, Madre nuestra, imagen de María Virgen y Esposa amada por ti, hasta el punto de dar la vida por ella.
Ven, y haz que sintamos, en el silencio de nuestra adoración eucarística, la realidad de la vida eterna, donde Tú reinas con los mejores.
Haz que escuchemos con esperanza tu palabra poderosa: ¡Sí, vendré pronto! ¡La gracia del Señor Jesús sea con todos! ¡Amén!