Plenamente cristianos
Del 18 al 25 de enero celebramos el Octavario por la unidad de los cristianos. Con el espíritu de Cristo, oremos para que se cumpla su gran anhelo: Que todos sean uno. Como tú, oh Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste (Jn 17, 21). Pidamos por el re-injerto de las ramas desgajadas de la Vid, y demos infinitas gracias a Dios, por estas noticias alentadoras:
Estos últimos años ha sido gran noticia y motivo de inmensa alegría el regreso de miles de ingleses, la mayoría provenientes de la Comunión Anglicana, a la fe católica. En 2007, el padre Gerard Sheehan, párroco de la iglesia de Santo Tomás Moro, aseguraba: «Westminster es la diócesis más grande de Londres y, sólo en cada Pascua, cada año, son bautizados o recibidos en plena comunión unos 800 nuevos católicos… Si trasladamos las cifras a toda Inglaterra, se puede afirmar sin miedo a equivocarse que la Iglesia católica inglesa recibe un promedio de 5.000 nuevos fieles adultos cada año». Hoy parece que el número es algo menor, pero sigue imparable el goteo de cristianos que deciden dar el paso a la plena unión con Jesucristo por medio de la Eucaristía y en plena comunión con la Iglesia que Él fundó.
Y otra noticia que también nos llena de emoción es el regreso de numerosos pastores evangélicos americanos “sorprendidos por la Verdad”. Maestros de teología, ministros, escritores, intelectuales… que buscaron con sinceridad de mente y corazón ser fieles a Cristo. Eran anti-católicos, pero estudiaron a fondo la Biblia, escritos de los Padres de la Iglesia de los primeros siglos, la historia de la Iglesia, diversas exégesis, oraron, y todo apuntó a lo que ellos en principio no querían en absoluto: la Iglesia Católica.
Uno de ellos, Marcos Grodi –por poner un ejemplo–, lo explica así: «Cuanto más leía historia de la Iglesia y profundizaba en la Biblia menos podía continuar siendo protestante. Encontré la plenitud de la verdad en la Iglesia Católica, me encontré más plenamente con Jesucristo».
Cristo les salió al encuentro y les mostró el camino. Descubrieron la verdad plena sobre la fe y sobre muchos malentendidos que habían absorbido desde su niñez. Comprendieron que el misterio de la Iglesia es inseparable del misterio de Cristo. Y tomaron la decisión firme, y nada fácil, del regreso a la única Iglesia que fundó Jesucristo: la Católica.
Su testimonio, entusiasmado y convencido, a través de los medios de comunicación, libros, revistas, conferencias, ha atraído a cientos y cientos a la vuelta al hogar. Y es que –dice Bop Sungenis– «como católico debo ayudar a mis hermanos protestantes a que conozcan que la Iglesia Católica no es solamente la verdadera Iglesia, sino el hogar al que todos pertenecemos».